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llo económico y un progreso social en todos los ámbitos.
Este tema, así definido, constituye una exigencia de los tiempos y una
aspiración del pueblo.

I. RETROSPECTIVA Y PERSPECTIVA EN EL UMBRAL
DEL CAMBIO DE SIGLO
El hecho de que este Congreso Nacional del Partido se celebre poco
antes del fin del siglo XX hace que todos caigamos en la cuenta de lo mis-
mo: nuestro Partido ostenta la sublime responsabilidad histórica del destino
de la nación china.
La centuria que va desde 1900 —año en el que las fuerzas aliadas de
las Ocho Potencias ocuparon Beijing, la nación china sufrió una tremen-
da humillación y nuestro país llegó al borde de la extinción— hasta el
2000 —año en el que China, sobre la base del socialismo, disfrutará de
una situación modestamente acomodada y avanzará a grandes pasos hacia
la prosperidad y la fortaleza— habrá sido para nuestro país un siglo de
cambios colosales.
Tras la Guerra del Opio, China quedó reducida a un país semicolonial y
semifeudal cuya población se enfrentaba con dos importantes tareas histó-
ricas: lograr la independencia nacional y la liberación del pueblo; y alcanzar
la prosperidad y la fortaleza para el país, y el bienestar común de la pobla-
ción. La primera tenía como objetivo eliminar obstáculos y crear las condi-
ciones necesarias para el cumplimiento de la segunda.
En su avance durante lo que va de siglo, el pueblo chino ha experimen-
tado tres enormes cambios históricos y ha visto surgir a tres grandes figu-
ras punteras de la época: Sun Yat-sen, Mao Zedong y Deng Xiaoping.
El primer gran cambio fue la Revolución de 1911, en la que se derrocó
a la monarquía absolutista que había gobernado China durante miles de
años. Este cambio lo dirigió el doctor Sun Yat-sen, el primero en lanzar
la consigna “revigoricemos China” para iniciar la revolución democrática
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nacional contemporánea propiamente dicha. Aunque no pudo alterar la
naturaleza social de la vieja China ni la miserable situación del pueblo, la
Revolución de 1911 abrió las compuertas al progreso del país e hizo impo-
sible que la dominación reaccionaria volviera a estabilizar el orden.
El segundo gran cambio fue el de la fundación de la República Popu-
lar China y el establecimiento del sistema socialista, acciones consumadas
tras la creación del Partido Comunista de China bajo el mando de la pri-
mera generación de su colectivo dirigente, en cuyo núcleo se encontraba