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LA SITUACION Y NUESTRA POLITICA                 9

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           la primera cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista ,
           por el apoyo que le dio el pueblo, que aún no lo conocía a fondo.
           Una vez en el Poder, Chiang Kai-shek, lejos de mostrarse agradecido
           al pueblo, lo derribó de un puñetazo y lo sumergió en el mar de
           sangre de diez años de guerra civil. A vosotros, camaradas, os es
           familiar este trozo de la historia. Esta vez, en la Guerra de Resis-
           tencia, el pueblo chino lo volvió a defender. Esta guerra culmina
           ahora con la victoria y el Japón está a punto de rendirse, pero él no
           guarda el menor agradecimiento para el pueblo. Por el contrario,
           hojeando los anales de 1927, quiere actuar repitiendo los viejos mé-
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           todos . Dice que nunca ha habido ninguna “guerra civil” en China,
           sino un mero “exterminio de bandidos”. Como quiera que lo llame,
           el hecho es que desea iniciar una guerra civil contra el pueblo, quiere
           hacer una carnicería con el pueblo.
               Hasta que estalle una guerra civil en todo el país, mucha gente y
           muchos miembros del Partido no tendrán una comprensión clara de
           este problema. Como aún no se ha producido una guerra civil de
           grandes proporciones, como la que hay no es aún amplia ni se realiza
           en forma abierta y como las batallas todavía no son numerosas, muchos
           piensan: “¡A lo mejor no la habrá!” Muchos otros temen la guerra
           civil. Este no es un temor sin fundamento. Hubo diez años de lucha
           y luego otros ocho años de Guerra de Resistencia; si continúa la lucha,
           ¿adónde irá a parar todo?  Es muy natural  que surja ese temor.
           Con respecto a la maquinación de Chiang Kai-shek para desencade-
           nar una guerra civil, la política de nuestro Partido es clara y con-
           secuente: oponerse resueltamente a la guerra civil, estar en contra de
           la guerra civil e impedir la guerra civil. De aquí en adelante con-

           encadenar una guerra civil de alcance nacional y debía adoptar una política correcta,
           es decir, no abrigar ilusiones respecto del imperialismo y de la reacción, no temer
           sus amenazas, defender resueltamente los frutos de la lucha del pueblo y esforzarse
           por la creación de una nueva China, una China de nueva democracia de las amplias
           masas populares bajo la dirección del proletariado. La lucha decisiva entre los dos
           destinos, los dos futuros que encaraba el país, constituyó el contenido del período
           histórico desde el fin de la Guerra de Resistencia contra el Japón hasta la fundación
           de la República Popular China, período histórico de la Guerra Popular de Libera-
           ción, o la Tercera Guerra Civil Revolucionaria. Después de la Guerra de Resis-
           tencia, Chiang Kai-shek, apoyado por el imperialismo norteamericano, rompió una
           y otra vez los acuerdos de paz y desencadenó una gigantesca guerra civil con-
           trarrevolucionaria sin paralelo en la historia, con el intento de aniquilar a las fuerzas
           populares. Gracias a la acertada dirección del Partido Comunista, el pueblo chino,
           en sólo cuatro años de lucha, obtuvo una gran victoria nacional: la derrota de
           Chiang Kai-shek y la creación de una nueva China.
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