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LA SITUACION Y NUESTRA POLITICA 13
estar alerta. Nuestra política es absolutamente distinta de la de
Chen Tu-siu; ningún ardid puede engañarnos. Debemos tener la
cabeza clara y una política correcta; no debemos cometer errores.
¿A quién deben pertenecer los frutos de la victoria en la Guerra
de Resistencia? Es muy evidente. Tomemos un duraznero como
ejemplo. Cuando el árbol produce duraznos, éstos son los frutos
de la victoria. ¿Quién tiene derecho a recoger los duraznos? Hay
que preguntar quién plantó el árbol, quién acarreó el agua y lo regó.
Chiang Kai-shek, agazapado en la montaña, no acarreó ni un solo
cubo de agua; sin embargo, ahora estira mucho el brazo para recoger
los duraznos. “Yo, Chiang Kai-shek, soy dueño de estos duraznos —
alega — ; yo soy el terrateniente, vosotros sois mis siervos y no os
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permitiré recoger ninguno.” Lo hemos refutado por la prensa .
Le dijimos: “Tú nunca acarreaste agua, y no tienes por tanto ningún
derecho a recoger los duraznos. Nosotros, el pueblo de las regiones
liberadas, regamos día tras día el árbol y tenemos más derecho que
nadie a recoger los frutos.” Camaradas, la victoria de la Guerra
de Resistencia la ha conquistado el pueblo al precio de sangre y
sacrificios; debe ser la victoria del pueblo, y los frutos de la Guerra
de Resistencia deben pertenecer al pueblo. En cuanto a Chiang
Kai-shek, fue pasivo en la Guerra de Resistencia, pero activo en el
anticomunismo. Fue una piedra en el camino para el pueblo en
la Guerra de Resistencia. Ahora esta piedra viene a monopolizar
los frutos de la victoria, quiere que después de la victoria China
recaiga en su vieja situación de anteguerra, y no tolera el más ligero
cambio. Esto da origen a la lucha. Camaradas, se trata de una
lucha de suma gravedad.
Que los frutos de la victoria en la Guerra de Resistencia deben
pertenecer al pueblo es una cosa; pero en manos de quién caerán en
última instancia, y si será en las del pueblo, es otra. No se crea que
todos los frutos de la victoria caerán con seguridad en las manos del
pueblo. Una partida de grandes duraznos, tales como Shanghai,
Nankín, Jangchou y otras grandes ciudades, se la robará Chiang
Kai-shek. Este se confabula con el imperialismo norteamericano y
en esos lugares ellos tienen la superioridad de fuerza, mientras que
hasta el momento el pueblo revolucionario sólo puede ocupar, en
general, las zonas rurales. Otra partida de duraznos será disputada
por ambas partes. Se trata de las ciudades medianas y pequeñas
situadas a lo largo del tramo, al Norte de Taiyuán, del ferrocarril
Tatung-Puchou; del tramo central del ferrocarril Peiping-Suiyuán; del